Cómo mejorar la productividad es la obsesión de todo jefe. Este anhelo se complica dados los múltiples y rápidos cambios que está experimentando el mundo laboral. Por eso las empresas se han propuesto adaptarse a las nuevas tecnologías, adoptar nuevas modalidades de trabajo y apostar por a la renovación y fortalecimiento de su cultura empresarial.
La generación del milenio está cada vez más presenten en los equipos de trabajo; mientras, los cargos directivos parecen preferir generaciones anteriores. Es natural entonces que a veces existan conflictos en las relaciones laborales.
Mashable nos da a conocer 3 aspectos que nos ayudarán a comprender a los millennials, así como contribuir a que estos sean más productivos en el ejercicio de sus labores:
1. Explicar el porqué
La generación del milenio siempre expresará su necesidad de comprender el propósito de una labor antes de iniciarla. Esto difere de un trabajador de la generación X, que suele decir sí a todo sin contradecir apenas a sus jefes y puede asumir un nuevo proyecto siguiendo las directrices previamente establecidas por estos.
En situaciones similares, un buen directivo tiene la responsabilidad de informar sobre todo el proceso de toma de decisiones. Además es crucial involucrar a los empleados. Resulta estimulante para ellos, además de un gran voto de confianza, que se consideren sus sugerencias y observaciones sobre los proyectos.
Solemos oír que el trabajo es nuestro segundo hogar, pero en pocos casos se hace notorio un verdadero sentido de pertenencia en los trabajadores. Esto se debe a que la productividad empresarial suele reducirse a meras cifras de venta: a menudo los días se pasan entre asignaciones que carecen de una justificación clara y que obligan al empleado a dilucidar el verdadero propósito de su labor diaria.
2. Mirar hacia la cultura de las startups
En general, en las grandes compañías se observan jerarquías muy marcadas, de escaso acceso y baja productividad. En estos casos, a los empleados les resulta bastante complicado figurar y ascender hacia mejores cargos, lo que desencadena en un estado de frustración.
Por eso hay que optar por modelos startups, habituales en empresas más pequeñas y en las que se valora a cada trabajador: los empleados participan en todos los proyectos y de la mano de todo un equipo, sin encontrarse barreras de mando o tareas impuestas que omiten cualquier proceso de diálogo o previo establecimiento de acuerdos.
Los millennials buscan que se le asignen responsabilidades de peso en un periodo de tiempo razonable. También anhelan escalar laboralmente por su desempeño y aportar a la misión empresarial a partir de la implementación de iniciativas propias.
3. Obtener feedback
De nada sirve pedirle a un empleado que participe o aporte propuestas si de verdad no pretendemos considerarlas o adecuar las dinámicas internas necesarias para convertirlas en mejoras tangibles. La escucha debe ser para un directivo una apuesta por la proactividad, con el fin de crear una relación auténtica y asertiva con sus empleados, desde el respeto y reconocimiento profesional y personal.
Las ideas de la generación del milenio, así como su latente necesidad de compartirlas con el mundo, los convierten en los profesionales ideales. Sin embargo, su participación dependerá de que los directivos reconozcan su potencial para beneficiar a las empresas con sus visiones renovadas.
El grado de motivación de los empleados dependerá de la disposición de jefes de área y directivos para abrirse hacia nuevos horizontes y mejorar los procesos empresariales tanto internos como externos.
Un valor agregado para una mayor productividad
Un cuarto aspecto podría ser la eliminación de los apegos. A muchas empresas les parece traumático alejarse de sus esquemas de mando tradicionales y, sobre todo, de las modalidades de planeamiento aplicadas en cada proyecto. Pero existe la imperiosa necesidad de renovarse y aprender a utilizar estratégicamente el potencial de sus recursos humanos.
Podemos hablar en definitiva de una inversión que siempre resulta ganadora: los beneficios otorgados a los trabajadores se reflejarán inevitablemente en el éxito de la organización.